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El fertilizante de urea, también conocido como carbamida, es el fertilizante nitrogenado más importante. Es un compuesto químico orgánico cristalino de color blanco que contiene alrededor de un 46 por ciento de nitrógeno. Es un producto de desecho natural formado por el metabolismo de las proteínas en los seres humanos, así como en otros mamíferos, anfibios y algunos peces. La urea sintética se produce comercialmente a partir del amoníaco y el dióxido de carbono. Se utiliza ampliamente en el sector de la agricultura, tanto como fertilizante y aditivo para alimentos de animales, lo que hace que su producción sea considerablemente alta en comparación con otros fertilizantes. Sólo en Estados Unidos, se produce aproximadamente un millón de libras (454.000 kg) de urea cada año.
La urea fue descubierta por un científico francés llamado Hillaire Rouelle en 1773. Pero la urea sintética se empezó a producir en 1828, aproximadamente 55 años después de su descubrimiento. Actualmente, es fabricada industrialmente por la deshidratación de carbamato de amonio en un proceso que implica temperatura y presión elevadas. Normalmente, se utiliza un reactor de alta presión, dentro del cual todas estas reacciones se llevan a cabo.
La urea tiene el más alto contenido de nitrógeno, igual al 46 por ciento. Este porcentaje es mucho mayor que en otros fertilizantes nitrogenados disponibles en el mercado. El coste de su producción es relativamente bajo, ya que el dióxido de carbono necesario para su fabricación se obtiene a partir del nafta cruda. La urea no provoca incendios o explosiones, y por lo tanto no hay riesgo en su almacenamiento. Puede ser utilizada para todos los tipos de cultivos y suelos. Después de su asimilación por las plantas, sólo deja tras de sí dióxido de carbono en el suelo a través de la interacción de las bacterias nitrificantes. Este dióxido de carbono no es perjudicial para el suelo.